a A.
Al humo de las velas
llegaremos, ya,
cuando nada quede;
cuando todo esté perdido,
como siempre.
Y sea el tiempo
de empezar, de nuevo;
de comenzar, de cero.
De esperar que el viento
sople fuerte,
nos aleje de la muerte; nos acerque a la suerte
de navegar en mar abierto.
Al flujo de las telas
llegaremos, hoy, a buen puerto.
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