" Todas las personas abrigan, interiormente, impulsos creativos;
enterrados por el proceso de civilización"
(Hans Prinzhorn)






martes, 1 de febrero de 2011

Egoísta

  El "gen egoísta" sufre de una doble "contra-adicción". Si, por un lado, se refugia en sí mísmo; en cambio, es capaz de necesitar de los demás, de su espacio, de su tiempo... Vive en los demás, en los otros. En el igual. ¿Ese es su egoísmo, entonces?.  No somos sino por los otros. Por el reflejo de sus ojos. En sus espejos nos afirmamos ó nos deformamos hasta vernos cómo somos. Esperpentos en "El Callejón del Gato". Nos formamos de aristas, de rozarnos. De erosionarnos. Sólo el viento de  la "hermana duda", de esa propia "contra-adicción" nos define. Estar contra las cuerdas, aceptar la lucha. Que significa ser lo mismo; llegar a un puerto común.
  Por otro lado, si habita su "torre de márfil", su palacio de cristal... se aisla, busca su Shangri-La. En, realidad, en su "soledad creativa" está tallando un mundo nuevo; está trabajando para los demás. Para ofrecer su mejor cara, la verdadera. Para mostrarse tal cual es.  Pretendiendo encontrar tácticas y estrategias para vencer a esa propia soledad, al paso del tiempo... A la muerte q ronda, siempre, sigilosa. Y, a veces, se le oye andar como los gritos del pasado, en la oscuridad; recordándonos que, nunca, estamos a salvo del todo. Y, menos, de nosotros mismos.
Ese egoísmo lleva a rechazar "el mundanal ruido" para mirarlo desde el abismo, para ver el mundo desde un punto de vista distinto. Se otea desde una loma tratando de ver el camino. Ese egoísmo sería mayor ó en su propia definición, si corriese paralelo a la manada de bueyes mordiendo el polvo. Y no se detuviese y pregúntase: ¿a dónde? Mayor, si hayando alguna respuesta no la contase. La guardara como un secreto. Como ir más despacio, juntos pero al lado. Bajo el brazo, abrazados. Mientras, la lluvia cae; la nube pasa. El sol sale...

No hay comentarios:

Publicar un comentario