" Todas las personas abrigan, interiormente, impulsos creativos;
enterrados por el proceso de civilización"
(Hans Prinzhorn)






viernes, 22 de abril de 2011

"Dentro del laberinto" de espejos


"Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible." Mahatma Gandi.
                                                                         Publicado en matecitos con miel :)  

   
      Dicen que podemos tener entre 5 y 10 incoherencias, al cabo del día. Más de 10, nos harían un degenerado, un ser vil sin ética ni moral, más animal. Y menos de 5, nos convertirían en un talibán.
      Las incongruencias están ahí, batallamos a diario para seguir formándonos, tratando de encontrar eso que somos, la esencia misma de la que estamos hechos. Un gran magma que fluctúa, que va variando. A veces, se exalta y provoca erupciones; otras, duerme como para siempre, en calma.
Pero de nada sirve, y ahí es donde vamos, ser el mejor padre del mundo, hijo, marido, amante... ó en su versión femenina. Ni siquiera ser un buen compañero de trabajo, amigo... etc. Mientras, cada uno de nuestros actos nos revelan como un asesino en potencia.
       "Nuestras manos están manchadas de sangre" cada vez que rellenamos el tanque de la gasolina de nuestros coches, cada vez que compramos en grandes superficies comerciales, cada vez que ignoramos (ó queremos ignorar) qué hay detrás de cada gran marca, empresa, emporio. "Logo."
Porqué, no nos pregúntamos: ¿por qué es tan barato todo?. ¿A costa de qué, de quién?. ¿Cuántos ecosistemas tenemos que seguir debastando, contaminando?, ¿cuántas selvas, bosques, ríos, mares...?. ¿Cuánta gente tiene que seguir viviendo en la miseria, en el umbral de la extrema pobreza... para que nosotros podamos vivir en la abundancia, en el exceso?. Que ni nos hace mejores ni felices.
        Si no todo lo contrario: abierto el cerco entramos en un circulo vicioso del que es difícil salir pero no imposible, como en todo. "Crear la necesidad" de tener, poseer algo... ya es arrebatarnos, lo que sí es, nuestra esencia más pura: la Libertad. De elección, el libre albedrío... Estar atados a las modas implica que nunca se cerrará del todo la puerta en el largo pasillo del consumismo. Al revés, como en un laberinto de espejos, unos caminos nos llevarán a otros, sin distinguirlos. Volviendo sobre nuestros pasos, cometiendo los mismos errores, no encontrando nunca la salida. No encontrando.
Pero, como en ese juego existen. Y como en todo juego podemos romper las normas. Los espejos, los cristales. No se trata de un acto de vandalismo, de destrozar los escaparates, sólo, de ignorarlos. No seguir caminos falsos.
      Si queremos (intentar) ser ese tipo de persona a la que aspiramos, ó las demás ven, no podemos sino "predicar con el ejemplo." Mantener nuestro nivel de "contra-adicciones" bajo, mínimos, e igualmente ser conscientes de la valía de nuestros actos, la valentía al llevarlos a cabo. Ó mejor, la capacidad de rechazar todo aquello que sabemos que, al menos, de una manera indirecta está afectando a miles y millones de personas en el Mundo entero. No para mejor, precisamente. Y a este Planeta donde, de momento, seguimos viviendo; compartiéndolo.
Sólo así, tendrá algo de sentido el "quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos."

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