" Todas las personas abrigan, interiormente, impulsos creativos;
enterrados por el proceso de civilización"
(Hans Prinzhorn)






martes, 26 de abril de 2011

...Somos lo que vestimos

        Así, mientras :
adquirir la ropa directamente en los mercados callejeros del mundo que visitamos en nuestros viajes y, sobre todo, devolver la vida a los barrios con la pequeñas tiendas donde quizá sólo haya un modelo por cada prenda. Acudir a mercados, rastros de ropa de 2ª mano, algunos pertenecientes a asociaciones que ayudan a extoxicómanos... a devolverles la dignidad (re-insertar es un "palabro" un tanto extraño) y que duda cabe echarle inventiva como antaño y coser, no con "el húsar en el tejado", nuestros propio diseños. ¿Por qué, no ?. Remendar la ropa, llevarla a esos oficios en extinción, al borde del desastre, como el de sastre; conservarla lo mejor posible con "bolsitas y saquitos" de lavanda natural. Incluso volver a las tintorerías (ya ha quedado demostrado que las "toallitas milagro-sas" que nos venden los anuncios no funcionan y son inversamente proporcionarles al resultado que se espera). Hay que tirar de los remedios de la abuela, de los trucos caseros de toda la vida que logran quitar, esta vez sí, por "arte de magia" esas manchas tan indecorosas. (Igual hay que comer menos con las manos ó llevar menos nuestras mejores galas a todos lados). Y cómo no, usar detergentes "sin tensioactivos", algunos también distribuidos por pequeñas asociaciones de ayuda social... ó NO usar. Hay "bolas de lavado", jabones naturales... Lavar a mano determinadas prendas reduce el gasto de agua y es más eficiente en la limpieza.  Buscar otras formulas: alquiler de ropas de fiesta, de disfraces, trueque...
Como en todo, también, más vale prevenir que...
     Y además, por supuesto, presionar y exigir a las grandes cadenas de ropa, que allí donde tienen sus fábricas respeten los Derechos Humanos y  promuevan mecanismos para la mejora de sus asalariados. Y el cumplimiento legal a todos los niveles: no utilización de productos abrasivos en la confección, ese famoso y repetido (¿ hasta cuándo? ) "uso de pieles"... (sustituirlas por las llamadas "sintéticas" no soluciona el problema sino que lo agrava por otro lado; al ser éstas derivados del petróleo, mayor demanda "entodavía" posible y la consecuente aparición de alergias, eccemas...) El parche en la bicicleta. Hay que cambiar la rueda.
    Apostar, a posta, por tejidos naturales: algodón orgánico... no sólo ayudan a la tanta cacareada SOStenibilidad sino que nos permite vivir, lapsus 2, vestir de manera más cómoda. (Se ha demostrado que los sostenes que alzan el busto crean estrías tanto como no llevar ninguno. Y es "vox populi" que no solo la ropa interior masculina demasiado ceñida  sino los pantalones, junto a otros factores, crean disminución en la calidad y cantidad del semen. Llegando a provocar la esterilidad).
     Todo esto, aún así, son sólo algunos de los ejemplos para devolvernos el derecho a la Libertad de elección y compra. A poder decidir qué y cómo respecto a lo que llevamos puesto. Y hacer de eso, sí, nuestro símbolo. Porque al final se trata de eso. Porque, también, somos lo que vestimos.

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