" Todas las personas abrigan, interiormente, impulsos creativos;
enterrados por el proceso de civilización"
(Hans Prinzhorn)






domingo, 3 de abril de 2011

Contra-a-dicciones


                                           "La vida cambia cuando nosotros cambiamos"
                                                                                           Andrew Matthews

         Somos tan adictos a lo que somos (creemos que somos),  estamos tan "enganchados" a nosotros mismos... que no queremos cambiar. En cambio (precisamente) nos pasamos la vida deseando cambiar, ser otros, vivir otras vidas; y otro tanto preguntándonos quiénes somos, qué queremos (ó qué no, siempre es más fácil, en principio). En realidad, queremos todo y ya. Cuando la vida es elección y espera. Si para nuestra supervivencia hubiera sido básico volar, permanecer bajo el agua... hubiéramos evolucionado a lo largo de la Historia evolutiva (con sus correspondientes saltos) en consecuencia. Por contra, definimos nuestros limites para ir "más allá, mucho más allá."
        Hay que desintoxicarse, aceptar el límite ( aunque no existe) y avanzar en esa dirección. ¿Por qué no desarrollar nuestras facultades y "motivaciones intrínsecas" para no seguir empeñándonos en hacer lo que no queremos, en ser quien no somos?. "Nunca el tiempo es perdido", pues un callejón sin salida nos demuestra una realidad que de otra forma, quizá, no hubiéramos descubierto. Hubiera permanecido oculta, velada, en la sombra. Tras tener constancia de esa realidad (toma de conciencia) podemos aceptarla y volver por donde vinimos (desandar lo andado) ó afrontar esa nueva realidad que se presenta, se antoja como una oportunidad. Para superarla (desaprender lo aprendido).
Así, nuestras contradicciones, nos hacen crecer. Nos reafirman ó nos rechazan. Dan válidez a "nuestras" creencias ó las tiran por tierra. Nada queda a salvo y tenemos que volver a construir el castillo de naipes. De arena en el aire.
      Si "somos levedad", fragilidad, interiormente no iba a ser menos. Lo que creemos que son nuestras creencias más profundas no son sino costumbres arraigadas. Lo que damos por hecho que nos forma y conforma. Nos da forma, no deja de ser mero resultado de anteriores acontecimientos. Producto de nuestras experiencias pasadas propias ó ajenas. De una ganga imperfecta que, como tal, vamos tallando, puliendo en el tiempo. Junto a la eterna necesidad de la manada, de la aceptación en el grupo. (Esas creencias no dejan de ser actos de fe)
Ideales, -ismos... son una suerte de arbitrio. Más negación, menos afirmación, de lo contrario. Del contrario. De lo contrario, seríamos lo mismo (y lo somos). No habiendo lucha, confrontación. En suma, crecimiento. Restando, todo es duda. "Y nada nos asegura" que avancemos.
Porque el peligro siempre está en el extremo, buscamos la virtud del termino medio. (El equilibrio en medio del trapecio). Cuando, a su vez, lo radical (buscar la raíz, según Caso Omiso) es lo que nos abre el camino. Radial es el destino. Un circulo vicioso donde no salimos de nosotros mismos. "Así somos, así nacimos" Mera justificación. "Así somos, porque así nos hicieron." Pura comprensión, paso que demuestra que eramos una pizarra en blanco y solo somos reflejo de un molde, de un espejo puesto enfrente en un momento dado. Que podemos llegar a romper.
      Por tanto, está en nuestros manos seguir aprendiendo, es decir cambiando, adaptándonos. Cuando aceptemos que esa es nuestras base, nuestra verdadera naturaleza. Seres finitos con una capacidad infinita de aprendizaje. La piedra se fragmenta, la tierra se cuartea... hasta lo que permanece, lo que queda, muda para continuar. Para ser, para ser eterno.
Somos el pájaro que canta en la rama que cruje, porque conoce lo que son sus alas, como en el proverbio(?)


No hay comentarios:

Publicar un comentario